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DE LA PENDEJEZ Y EL DESAMOR

 

La sedimentación que arroja el concepto trabajo como lo hemos definido, una homosexualidad virtual, requiere de dos sustentos conductuales. La estulticia, (la estupidez) y la carencia de afecto. Eso será en el ejército, dirán, o en las policías. Pero los patrones de pensamiento y conducta de la milicia y la policía no se reducen a esos ámbitos armados, se extienden a la población civil. Imagínense a una pareja de novios sin afecto, sin gustarse, sin quererse, cumpliendo una labor, una función, un trabajo, y no obedeciendo a una atracción, un amor, que los podría llevar a la formación de pareja y de familia. Los hijos de estas uniones de amor verdadero vivirían en un ambiente racional y de cordialidad y sobre todo tendrían la predisposición genética a formar uniones voluntarias y a buscar una motivación en el amor para tal efecto. Ese amor va desde el gusto por la apariencia hasta la formación de sentimientos que son verdaderas ligaduras, indisolubles y de conveniencia para ambas partes. También es opuesto a una manipulación extrema que sustituye la amistad amorosa de los novios por el procesamiento de la información y la incondicionalidad.

El patrón de la estulticia ha sido plastificado por Cervantes en el pasaje de la quema de libros a manos del cura y el barbero. La estupidez es un agujero negro. El que cae en ella tiende a arrastrar a los demás, el terrorista suicida, por ejemplo, el que por un descuido o embriaguez provoca un aparatoso accidente en cadena. Consideremos el coeficiente como una línea atada de extremo a extremo. Si es un cable y vamos a caminar por ahí, mientras más bajo se encuentre será más fácil de sortear. Alguien con un bajo coeficiente ignora garantías y derechos, los que les corresponden a él y los que les corresponden a los demás. En cuanto a manipulación se refiere, la gente con bajo coeficiente es más dúctil, más conveniente. Por lo tanto, los grandes enemigos de los patrones laborales son la preparación latente, los libros que puedan ser leídos y conlleven un cambio, la información que desarrolle el intelecto y sirva para abrir los ojos, que oriente y proporcione perspectivas claras, el intercambio de ella, y la claridad en general.

Estos dos patrones nos llevan a enunciar el concepto de vida vista como una especie de energía eléctrica que al igual que la otra corriente verdadera puede interrumpirse y dejar a ese foco humano en la oscuridad. Esta corriente de energía es negativa, es aparentemente entropía y como prueba tenemos la constante autodegradación que exige a sus integrantes y que es evidente en el trabajo de información, en la dinámica de grupos. Sólo los líderes en ejercicio del poder pueden ser ensalzados, homenajeados, honrados, los demás están sufriendo las consecuencias eléctricas y cumplen con los patrones de pendejez y desamor por razones de supervivencia y por necesidad laboral: se están hundiendo...

 

 

PATRÓN DE DELACIÓN

 

No sólo el desamor y la pendejez sustentan la actitud de sedimentación. De acuerdo a las leyes nadie puede hacerse justicia por sí mismo, y esto arroja un patrón de delación o denuncia. Al no estar facultados los civiles para portar armas están obligados a denunciar. El patrón de denuncia se extiende a todas las edades, a todos los niveles. Escuela, vecindario, y lo correcto es llevar la queja a nuestros padres,  trabajo, y lo correcto es llevar la queja al líder sindical. La delación o denuncia es un muro contenedor de nuestra conducta, conforma  el “qué dirán”. Que si se abusa más de quien no denuncia pues esto es cuestión que está al criterio de cada quién. Lo que sí es verdad es que el patrón de denuncia fomenta el infantilismo entre la población adulta, lo cual no tiene nada de malo. Sólo que el niño es incapaz de tomar decisiones por cuenta propia, carece de experiencia y de un libre albedrío, y en lo último se asemeja al esclavo. El hombre se vuelve un niño dependiente y un correveidile, degradaciones requeridas por la especie de subordinación en la que vivimos o trabajamos, aquella que se nos induce veladamente.

 

 

PATRÓN DE PERPETUA NECESIDAD

 

El otro patrón que resulta evidente es la miseria interior, la perpetua necesidad, y ésta no tiene que ver con las posesiones o la posición social real. Es un hambre perenne que nos lleva a practicar la competencia desleal, la piratería, el juego sucio, la prostitución. La regla parece ser que el que nazca pase por grandes necesidades o no venga al mundo. Y la pobreza ciertamente ocupa grandes porcentajes entre la población. Tiene abiertas de par en par las puertas de la reproducción humana.  Estos cuatro patrones de pensamiento y conducta que son asimilados plenamente por todos, la pendejez, el desamor, el patrón de delación y la miseria interior no son tratados abiertamente en programas de radio y televisión, no son evaluados en mítines ni en foros, son actitudes para adoptar no para discutir, son temas tabú, y al destinarse a un territorio oscuro caen en la esoteria, en lo oculto. Pero esoteria es casi como decir paranormal, ¿qué tiene que ver lo paranormal con actitudes conductuales que adoptamos todos al encasillarnos dentro de la sociedad? Mejor dicho, ¿qué tiene que ver lo paranormal con el trabajo que todos realizamos sin ocultarnos?

 

 

LA ALEATORIZACIÓN DEL INDIVIDUO.

 

Teniendo un cerebro con capacidad de razonar, de emitir juicios, de discernir, de planear a futuro, de tomar decisiones,  el hombre es un ser autónomo por así decirlo. Sin embargo esa autonomía es relativa. La individualidad que la caracteriza se pierde al integrarse a un grupo, al integrarse de manera figurada a una molicie, o a una gran cantidad de líquido de la que él, antes, sólo era una gota. Con la integración al grupo la forma de ser y de pensar cambia. El azar es sublimado al nivel inteligente. Si alguien se cae, desde esta perspectiva, lo correcto es burlarse. Ayudarlo a levantarse sería una actitud amistosa, afectiva. En la interacción nos estamos poniendo del lado del azar victorioso. La caída obedece a alguna razón que tal vez descubriremos. Hay que evitar caer a toda costa. Hay que estar en buenas relaciones con ese azar inteligente. ¿Cómo? ¿Siendo qué cosa? Siendo pendejo de azar. Hay grupos escolares a nivel kinder, primaria, secundaria, preparatoria, nivel superior. Hay grupos de trabajo en las empresas y en las dependencias. Y en la sociedad hay grupos de ayuda y superación, de alcohólicos, de drogadictos, de neuróticos, de suicidas en potencia, grupos religiosos, de personas que viajan, de personas que venden productos que se ofrecen únicamente a grupos de clientes, de profesionistas de determinada área, sindicatos, etc. etc. El hombre es un ser social, y si consideramos sus agrupaciones como pequeñas manadas entonces es sensato buscar protección dentro del grupo, pretender tener el poder que se adquiere siendo muchos y ayudándose los unos a los otros. Sin embargo la aceptación de la aleatoriedad  al pie de la letra vuelve a los hombres verdaderos pasmarotes, unos balinazos de tiempo completo, y es aquí donde la capacidad humana se va al excusado y se renuncia a la función racional que nos es innata. Improductividad, mediocridad, torcedura, lo que venga está bien. El patrón de aleatoriedad arroja servidumbre, servidumbre y más servidumbre, temor y sumisión. Despersonalización. Incondicionalidad sexual. Y sí, conductibilidad bioléctrica. Funcionalidad en cuestiones de interacción. Color de pelo, color de ojos, tamaño, masa, fuerza, raza, pureza,  no son factores insustanciales, son razones de peso dentro de una estructuración aleatoria, dentro de una estructuración meritoria, no racional, emparentada con o derivada de la ley del más fuerte.

 

MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL.

 

Meritorio habla de buen comportamiento, santidad, todo eso. Pero la interacción con el azar no es tan sencilla e implica la condescendencia del mal cuando no proviene de uno. La interacción con el azar vuelve al individuo sin culpa un siervo blanco al que le está permitida la aceptación del mal accidental, por ejemplo el delito. Su personalidad de grupo no duda en solidarizarse con el lobo del hombre aunque a un nivel individual se escandalice aún con el mal comportamiento. Ignorante de todo se caga en los derechos de los demás, sabe que está absuelto de culpa. Es integrante de un banco de peces que obedece a estímulos comunes.

 

LOBOTOMÍA

Para alcanzar una interacción plena con la aleatorización o la atomización de la sociedad es necesario entrar en terrenos del irracionalismo. El problema es que nacimos con facultades racionales y entran en contradicción con la realidad laboral, con el condicionamiento social. El humano es pensante, tiene capacidad de raciocinio, tiene una psique. No es omnisciente, pero reduce la ignorancia y la estupidez naturales mediante el estudio, la observación, la práctica y el ejercicio de la razón. El cultivo del pensamiento llevaría a todos a un estado de sabiduría individual pero en la realidad hay una tendencia enemiga del estudio y la preparación y de ella se ha hablado en el apartado al principio. El esfuerzo de marchar en contra del pensamiento como ya dijimos es contradictorio con la existencia del cerebro y su funcionamiento racional. Entre las características de la razón está la de poder suprimirse y esto equivale a ceder las riendas de nuestro propio cuerpo a cualquier extraño, lo cual puede tener al azar resultados óptimos o pésimos ya que desconoce el camino por el que habríamos de marchar de manera natural, no parece diferenciar bueno de malo, feo de bello y además se esfuerza por degradarnos. A la supresión quirúrgica de porciones del cerebro le llaman lobotomía. Aceptar el irracionalismo es como ser víctima de una lobotomía virtual que hace a la gente hablar nonsense o moverse sin sentido. Si se quisiera que el hombre fuese irracional vendría descerebrado de nacimiento. Sin embargo, el precio de tener una conciencia ha sido hasta ahora la interacción con la aleatoriedad anulando o reduciendo al máximo la capacidad racional .

 

TORCIMIENTO

 

Lo bueno es malo, lo feo es bello, las mujeres con las mujeres, los hombres con los hombres, y detrás de esta torcedura, sustento y vida. Al homosexual le viene de perlas. La recta razón obviamente conduce al rechazo. El análisis de la vida y del aspecto intrínseco del trabajo quedaría en una charla, en una tarea de relajación y esparcimiento, en una catarsis, si no se propusieran soluciones. Pongamos por ejemplo los programas de televisión de cámara escondida. Aquellos que mojan con agua y le hacen creer al individuo que alguien le estornudó en la nuca. El tipo se molesta, y con justa razón, quiere agredir a los trabajadores de la tele que simulan el estornudo. No se enoje, es una broma para tal programa, allá está la cámara. Jajaja. Un saludo. Es cierto, no hay razón para pelear, pero dónde está su garantía individual que lo protege de molestias en la calle, la número 16 constitucional. El criterio que orienta la educación cuida la dignidad y busca una mejor convivencia. Pero estos amigos de la cámara escondida se burlan de sus semejantes, se cagan en la dignidad y en la sana convivencia al hacerle bromas a la gente que casi los orillan justificadamente a pelear. Esto a la vista de todos. Sabemos que no sólo las entidades anónimas ignoran nuestras garantías y derechos. Y quien tiene la culpa no es tanto el que las viola, sino el que tolera esta situación, manda un saludo a los espectadores y está dando por hecho que se vale, que la burla mientras no infrinja el código de los delitos  debe ser tolerada y festejada. Y después vemos un anuncio de que el poder judicial de la federación vela por el cumplimiento de la constitución. El que esto escribe ha propuesto entre otras cosas la penalización del incumplimiento doloso de garantías en agravio de terceras personas. Ha elaborado muchas propuestas. Estamos concientes de que el trasfondo económico es lo que sostiene lo que hay de irracional en nuestra realidad cotidiana. La gente cobra su cheque y calla, hace todo lo posible por que esta operación se repita. Y las grandes necesidades son el principal enemigo de una democracia directa. Esta descripción mórbida y detallada de cuestiones ocultas gubernamentales y laborales estaría incompleta sin una propuesta de solución. La solución de todos conocida ofrecida en los medios de difusión más que nada electrónicos es el razonamiento de que si estas condiciones de vida provienen de la estructuración social centrada en la existencia de un gobierno representativo, la sustitución de la figura representativa por su aspecto contrario, la democracia directa,  planeación democrática en acción directa, arrojará condiciones de vida más racionales y favorables, más a tono con un principio de igualdad. Hasta ahora, la implantación de una democracia directa ha sido el remedio político propuesto por César Espino Barros como solución para los factores enunciados como patrones de pensamiento y conducta pero que son verdaderos vicios sociales, problemas de urgente solución. Puede haber otras soluciones.  vivimos en un partido de derecha en el poder. Vota por nosotros y adoptaremos una economía (o ideología) socialista, dicen los de izquierda. Vota por nosotros y adoptaremos una economía mixta, dicen los de centro. Vota por nosotros y todo será igual, dicen los de derecha. Ninguno ve como un problema los patrones de conducta que nos rigen ni los términos y condiciones de vida resultantes. Y a pesar de que el gran motor es el miedo a la muerte artificial, al accidente, a la ejecución, no existen alternativas políticas que rescaten la razón del presidio ni que defiendan por principio el derecho a la vida. Si los patrones mencionados arrojan condiciones tiránicas de gobierno y vida entonces es derecho de todos buscar el remedio del problema. Y para tomar conciencia hay que señalar las situaciones. El ejemplo de la tele es obvio y por todos visto. Si nadie protesta es un indicador de que hay un adormecimiento en las costumbres, mucha inercia en nuestro desenvolvimiento cotidiano. La mayoría de las veces el enemigo nos toma con la guardia baja o le vemos el lado cómico. Esperamos que el caso mencionado no nos suceda a nosotros para no hacer el ridículo frente a las cámaras. Pero si disponemos de garantías lo correcto es reclamarlas, reclamar su cumplimiento. Es difícil seguirte la corriente y repartir el poder entre todos en forma de democracia directa ¿de qué vamos a vivir? dirá el gran porcentaje de población que trabaja para los distintos niveles de gobierno, federal, estatal, municipal, las burocracias universitarias, que cobra salarios, prestaciones, jubilaciones, beneficios diversos y que son un gran sector dentro de la población existente. El acceso a la productividad no parece ser un respuesta suficiente para solventar estas demandas, Y para colmo se viene una etapa de recesión económica. La verdad es que para el que cobra un cheque la crisis no existe. Distantes o no de un verdadero ejercicio de la democracia, el señalamiento público de la infracción de garantías es un buen primer paso de este esfuerzo político y se invita a la población a que lo emprenda, a que levante la guardia en materia de garantías constitucionales y derechos humanos, que lea y tenga en mente la primera parte de la constitución así como la declaratoria de los derechos. Vivir mejor está a nuestro alcance, y esto no es un slogan oficial.  

LADO OSCURO

 

Animal racional... alguien puede molestarse porque se le considere de esta manera ya que el hombre al ser racional dispone de características propias que hacen de él una persona pacífica, con capacidad de afecto, viviendo en un ambiente de desarrollo tecnológico que se ha diferenciado grandemente de sus hermanos del reino animal, los cuales no usan vestiduras ni herramientas ni suelen modificar su medio ambiente gran cosa. Tampoco disponen de leyes ni de policías, ni cuentan con más recursos para dirimir sus conflictos que no sea la fuerza bruta. El hombre dispone de un cuerpo policíaco que vela por su seguridad. Este cuerpo ha sido entrenado y capacitado para tratar y someter a los delincuentes, por lo tanto alguien puede decir que los policías lo ven feo o lo tratan mal. Personas de bajo nivel educativo y proveniente de estratos sociales  con grandes necesidades se vuelven paternalistas hacia uno, eso es muy pesado. De hecho la conducta de quien porta un arma corta o larga cambia. Se echa de ver que en la actividad laboral que realiza, la vida está en juego. Que teman los delincuentes, dice la ciudadanía, pero la ciudadanía un día se manifiesta. Y a pesar de estar ejerciendo un derecho, la policía metódicamente reprime con golpes de tolete y gases lacrimógenos para salvaguardar el orden. Aquí ya se nos olvidó que somos hermanos humanos, que somos congéneres, que somos racionales, connacionales, que la democracia existe, que la integridad física por cuestiones de humanidad debería salvaguardarse antes que nada. Y lo que justifica y legaliza esa diferenciación en sectores y el enfrentamiento entre sí de esos sectores es la existencia del status gubernamental. Si no existiera, la gente estaría en lo mismo, por así decirlo. Si no existiera el status gubernamental todos trabajaríamos en la misma empresa. Pero el status gubernamental existe y se esfuerza por recompensar a sus seguidores con --obvio—mejores condiciones económicas y de vida y para lograrlo a veces va en perjuicio de quienes no son sus agremiados, o actúa con negligencia, con retraso. Nos damos cuenta de que las armas y su potencial uso en contra de la población civil no sólo sirven para proteger del invasor extranjero y del delincuente, también para crear un estado de sojuzgamiento. Si no contáramos con el ejercicio y la costumbre de la democracia, los más diestros en el manejo de las armas, los más prestos a ignorar la humanidad y atentar en contra de la vida de sus enemigos, los delincuentes natos tomarían el poder y someterían en forma realista a la población, impartirían la justicia a su antojo y comerían más pastel y del bueno. Se rodearían de un equipo de especialistas que les ayudarían a sacar adelante la economía y las relaciones políticas de ese país. Su acción sería una tiranía declarada que arrojaría envidia de poder y una lucha armada constante por el mismo que habría que evitar con el remedio más eficaz, el permanente desarme de la población y la supresión metódica del enemigo. La gente dentro y fuera de gobierno no dispondría de muchas libertades, ni de hablar, ni de pensar, ni de reunirse, ni de ejercer un derecho a la libre empresa, mucho menos el de formar pareja libremente. Tendrían que establecerse los recursos para que los delincuentes pudieran permanecer en el poder, sostenidos por prestanombres, prestacuerpos con funciones puramente representativas. Una posible solución sería de común acuerdo restarle importancia política y social al uso de las armas y para ello tendrían que hacer ver a los líderes delincuentes que privar de la vida a los demás no arroja sumisión, no arroja sojuzgamiento ni gobernabilidad, es un suicidio. Cambiarían las reglas para obtener el poder y consolidarlo, tendría que trabajarse democráticamente y demostrar habilidades administrativas, consolidar partidos con este requisito para poder sostener el desarrollo. Y a grandes rasgos es lo que se hace hoy en día. Lo más que se puede obtener a cambio y en el mejor de los casos es empleo, esto es sojuzgamiento. Los asaltantes y secuestradores no llegan a la silla presidencial pero el uso de las armas sigue arrojando temor y servidumbre en nuestro estado democrático de virtudes administrativas. No hemos podido suprimir la posibilidad de la toma del poder por la fuerza, tampoco hemos conseguido condiciones de vida completamente racionales, acordes con nuestra función cerebral al grado de que el que esto escribe ha dudado de la eficacia de la existencia de un status gubernamental, de la eficacia de la división de la población en sectores de opresores y oprimidos, y se ha percatado de que el verdadero enemigo de la paz, el bienestar y el progreso es la voluntad de apartarnos de un ambiente de igualdad al discernir a la población en gobierno y gobernados y sobre todo al implantar un condicionamiento social cuyas principales características fueron enumeradas al principio de estos artículos. Es una opinión. Tenemos derecho a estar de acuerdo o a pensar diferente, a darle difusión a nuestra opinión por escrito y por cualquier medio que llegue a la conciencia pública. Hay quien dice: la eliminación de la división entre pueblo y gobierno arroja el caos. Y es probable que quien así se exprese trabaje para demostrarlo e intente crear condiciones caóticas en un estado de igualdad. Esa población que piensa de esa manera ha crecido, ha visto las condiciones propicias para reproducirse. No tiene un mente un esquema de lo positivo y lo negativo que le sirva para encasillar lo que ve, lo que tiene que vivir y hacer por encargo. No dice la servidumbre temerosa es negativa, el sojuzgamiento es negativo. El irracionalismo como forma de comportamiento está mal. Su lado oscuro es grande, le teme a ese lado todopoderoso y benefactor, le obedece. Se identifica con muchos otros que se comportan de manera similar. Los disidentes deben ser señalados, vivir aislados o eliminados, de otra manera corren el riesgo de establecer condiciones de vida racionales, óptimas y ambientes de equidad donde no tendrían cabida la homosexualidad virtual, la pederastia laboral, la fuerza física y armada no arrojaría privilegios de ningún tipo y ninguna razón para enfrentarse los unos con los otros sería sostenible.

LA TENEBRA Y EL CRIMEN ORGANIZADO HERMANADOS

El cambio de partido en el poder en la república mexicana fue bueno en el sentido de que se demostró que la democracia y la pluralidad eran posibles. El sicarismo ya existía y la prueba es la balacera en la que murió el Cardenal Posadas supuestamente por viajar ostentosamente en una limusina con lo que quedó tácitamente prohibida la ostentación. En el primer sexenio del PAN llamaron la atención las ejecuciones que de manera cotidiana se sucedían en los lugares conflictivos de la república.  La estructuración semioficial del crimen organizado basada en la aleatoriedad sistémica se estaba consolidando. Es difícil distinguir tenebra y crimen organizado, los jóvenes que sienten natural prestar servicio en la tenebra del fascismo se ven envueltos en el crimen organizado que depende del secreto y de la oscuridad para funcionar como tal. Algunos lugares del norte de la república estan abandonados y la gente busca refugio en el país del norte, no optan por quedarse en su país y tratar de cambiar las condiciones de vida. A todos nos consta que el gobierno no combate hasta el exterminio el fenómeno del sicarismo, las policías y el ejército sólo responden a las provocaciones. Si el dinero sucio es el principal sustento para que el país salga adelante pues es necesaria una solución económica para que el crimen organizado no se vuelva una necesidad política. Es necesario el trabajo conjunto de la población para des-hermanar la llamada tenebra, el condicionamiento social, del crimen organizado. Es tiempo de romper tabúes y hablar de los hilos que nos mueven, ese amaestramiento de la población. Si el control en la práctica no es ejercido por la gente y las figuras políticas dicho control se puede contaminar al perderse en la nube de la invisibilidad. Aquí no cabe el diálogo con los sicarios ni pactar con los delincuentes. El crimen organizado no debe existir en un escenario de paz, bienestar, legalidad y progreso. Todos tenemos derecho a este escenario para nosotros y las generaciones venideras. Trabajemos para conseguirlo, no nos quedemos callados. El sistema necesita ser exorcisado.

 

 

 

 

 

 

 

 

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